24 Mar Geopolítica y la crisis energética: Impacto en la industria química en 2025
La industria química global se enfrenta a una transformación sin precedentes debido a los cambios geopolíticos, la crisis energética que continúa afectando a los mercados y la presión por la sostenibilidad. Mientras China se posiciona como líder en la producción química con estrategias pragmáticas e innovadoras, Europa lucha por mantener su competitividad, y Estados Unidos juega un papel clave en la regulación y políticas energéticas. La competitividad de la industria química dependerá de la capacidad de adaptación de cada región a las tendencias y cambios geopolíticos y energéticos.
En el caso de Europa, es una potencia que lideró la producción química mundial con una cuota de mercado del 40%. Sin embargo, en 2025, su participación ha caído al 25% debido a factores como los altos costos energéticos, regulaciones ambientales estrictas y la competencia agresiva de Asia, de la que hablaremos más adelante. La crisis energética ha intensificado este declive, impactando a industrias clave como la producción de fertilizantes, plásticos y químicos básicos, la industria de los gases industriales y otras especialidades químicas.
El Informe Draghi (2024) propone una estrategia para afrontar este declive económico de la UE con un enfoque centrado en la descarbonización, la innovación y la seguridad económica. Se estima que la región debe inyectar 800.000 millones de euros anuales para cerrar la brecha con China y Estados Unidos. Asimismo, propone reforzar la política comercial para proteger sectores estratégicos y reducir la dependencia de tecnologías extranjeras.
China, por su parte, ha logrado absorber la cuota de mercado perdida por Europa gracias a un enfoque pragmático. En los últimos años, ha eliminado industrias químicas altamente contaminantes y ha apostado por la innovación en I+D, además de la combinación de políticas gubernamentales estratégicas. Sus empresas han evolucionado rápidamente, desarrollando tecnologías de producción más eficientes y sostenibles, la producción de materiales químicos de alto valor agregado o la capacidad de exportación con acuerdos comerciales en Asia, África y América Latina. Todas estas políticas le han permitido expandirse a nivel global sin recurrir a malas prácticas. Esta potencia seguirá consolidándose como líder en producción química global gracias a su capacidad de innovación y a la expansión de su mercado interno y externo.
Además, otros países asiáticos como India y Corea del Sur están ganando terreno rápidamente, diversificando el panorama productivo de la región.
Por último, Estados Unidos, sigue desempeñando un papel fundamental en la regulación del mercado energético global, fomentado por su abundancia de gas natural. La administración de Joe Biden impulsó la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que promueve las energías renovables y busca reducir las emisiones de CO₂ en un 50% para 2030. Sin embargo, la reelección de Donald Trump podría revertir estas políticas, favoreciendo nuevamente los combustibles fósiles y retrasando la transición energética global.
Las decisiones políticas de EE.UU. tienen un impacto directo en la industria química, ya que afectan el costo y la disponibilidad de energía y a toda la cadena de suministro de química global. Si Trump implementa una política más proteccionista, podría haber un encarecimiento de insumos clave como el gas natural y el etileno, lo que afectaría a los productores químicos europeos y asiáticos.
Además, por su parte, países latinoamericanos como Brasil y México están emergiendo como importantes productores de químicos basados en recursos renovables.
El entorno geopolítico actual es más complejo e impredecible que en décadas anteriores, presentando tanto riesgos como oportunidades para la industria química. La rivalidad entre Estados Unidos y China plantea interrogantes sobre la estabilidad global y la posibilidad de conflictos que podrían afectar las cadenas de suministro y la inversión en el sector.
En resumen, las tendencias clave que definirán el futuro de la industria y la capacidad de las potencias serán el desarrollo de actividades verdes y la química sostenible, la adaptabilidad tecnológica, el pensamiento global con acción local y la colaboración intersectorial.
El sector químico debe estar preparado para un futuro marcado por la incertidumbre política y la volatilidad de los mercados energéticos. En este contexto, las empresas miembro de AECQ, importadoras y distribuidoras de productos químicos, nos enfrentamos a múltiples retos y oportunidades. Desempeñamos un papel clave en la cadena de suministro, ofreciendo soluciones tanto para la importación de materias primas fuera de la UE como para facilitar a los productores la reducción de la complejidad de su negocio.